Cuida tu jabón artesanal y dale una segunda vida

Cuida tu jabón artesanal y dale una segunda vida

Un jabón artesanal no es solo un producto de limpieza: es una pequeña obra hecha a mano, con ingredientes naturales y todo el cuidado del mundo. Por eso, merece que lo tratemos con mimo para que dure más… ¡y para que incluso pueda renacer en una segunda vida! Hoy te contamos cómo prolongar la vida de tu jabón y aprovechar hasta el último trocito, de forma práctica y sostenible.

1. Haz que dure más

Un jabón bien cuidado puede acompañarte durante semanas sin perder aroma ni propiedades.

  • Mantenlo seco entre usos: la humedad es su mayor enemiga, ya que lo reblandece y desgasta antes.
  • Usa jaboneras con drenaje: así el agua escurre y no se acumula en la base.
  • Evita el chorro directo de agua: en la ducha, guárdalo en una repisa lejos de la caída constante del agua.
  • Alterna su uso con otras pastillas: así cada jabón descansa y se seca por completo, alargando la vida útil de ambos.

2. Aprovecha los restos

Cuando el jabón se reduce a trocitos, es fácil que acabe olvidado en la jabonera… ¡pero eso es un desperdicio que podemos evitar! Aquí tienes ideas sencillas:

  • Jabón en bolsa de sisal: introduce los restos en una bolsa de sisal o malla vegetal. Además de aprovecharlos hasta el final, el tejido actúa como exfoliante suave al mismo tiempo que hace espuma.
  • Bolsitas de algodón exfoliantes: mete dentro los trocitos, humedece y úsalo como jabón y exfoliante suave a la vez.
  • Jabón para manos en la cocina: guarda los restos en una jabonera pequeña junto al fregadero para lavarte las manos mientras cocinas, evitando así que la grasa o los olores fuertes se fijen en la piel.
  • Saquitos aromáticos para el armario: coloca los trozos en un saquito de tela y ponlo entre la ropa, dejará un aroma fresco y natural.

3. Llévalo contigo como jabón de viaje o de bolso

Los restos pequeños de jabón, que ya no son cómodos para usar en casa, son perfectos para llevar en viajes cortos, escapadas de fin de semana o incluso en el bolso para el trabajo o el gimnasio.

  • Corta o guarda los restos más manejables en una pequeña lata o jabonera portátil.
  • Úsalos en baños públicos o alojamientos donde prefieras evitar jabones industriales.
  • Ideales para camping o excursiones: ocupan poco, no se derraman y siguen siendo igual de efectivos.

Así no solo evitas el desperdicio, sino que también tienes siempre a mano un jabón natural y de confianza, manteniendo tu piel cuidada donde sea que estés.

 

Conclusión
Cuidar tu jabón artesano significa cuidar tu piel y también el planeta. Siguiendo estos consejos, no solo prolongarás su vida útil, sino que también le darás una segunda oportunidad, evitando desperdicios y aprovechando todos sus beneficios.

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